La contundencia del acuerdo en mediación


Judith Chocrón Corcía, es Mediadora, Especialista universitaria profesional en Mediación civil y mercantil por la UNED y Licenciada en Psicología, especialidad Clínica, también por esta Universidad. En compañía de la también Mediadora Simy Hayón Melul, Máster en mediación civil y mercantil, Experta en mediación familiar y Licenciada en Derecho, son las responsables de Mediadores Melilla, un proyecto empresarial que nace a principios del pasado verano.

Debido a la tardanza de la justicia en nuestra ciudad (de media 7 meses para la celebración de un juicio) y sumándole la nueva Ley de Tasas Judiciales decidimos unirnos una jurista y una psicóloga para emprender una alternativa a la vía judicial.”

Un proyecto, que es ya una realidad,  que “hemos comenzado a presentar a varias instituciones y asociaciones, bufetes de abogados y centros educativos, para promover la cultura de la mediación y proponer derivaciones a nuestra oficina.”  Su presencia en medios de comunicación, “a través de anuncios en periódicos, apariciones en televisiones locales, carteles, trípticos y página web”, la vienen afrontando “con ilusión, respeto, optimismo y seguridad, sabiendo que es una iniciativa que requiere mucho trabajo de difusión”. También con “contundencia”, como la que abría el titular de El Faro de Melilla, del pasado domingo 17 de noviembre, “La contundencia de un acuerdo frente a una sentencia judicial

Pregunta.- Vuestra iniciativa es pionera en esa ciudad mediterránea. ¿Es difícil hacer llegar a la población las peculiaridades de esta modalidad ADR?

Respuesta.- Partiendo de la base de que la mediación como solución alternativa a la resolución de conflictos es una actividad novedosa en nuestro país, Melilla no deja de ser diferente en este aspecto. Cuando se ha planteado la nueva apertura de la oficina en la sede judicial ha sido muy bien acogida y comprendida pero para el ciudadano no lego es algo diferente que le suena a “película americana”. La labor de enseñanza y difusión es ardua y complicada.

P.- Melilla es una ciudad en las que las raíces sefardí, cristiana, musulmana e, incluso,  hindúes están presentes en el escenario de las relaciones cotidianas. No se trata solo de un bagaje patrimonial de la historia, sino que configuran las relaciones presentes. ¿En qué medida esta “interculturalidad” caracteriza la tipología de conflictos? ¿Cómo se vive la mediación en la “frontera”?

R.- A fecha de hoy los conflictos por razones de diferencias culturales son prácticamente inexistentes a nivel judicial, lo que no quiere decir que la convivencia y el día a día pueda originar ciertos roces que hasta la fecha no han pasado a mayores.

Es para nosotras un reto fomentar esa interculturalidad armoniosa a la que se hace referencia fomentando la mediación escolar y a nivel de colectivos sociales.

P.- Actualmente estáis en una fase de información y divulgación de la mediación como modalidad no adversarial de resolución de conflictos. Uno de los problemas de que adolece la implantación de la mediación en España es el de su insuficiente divulgación. Otros países mediterráneos –Italia sería el caso más reciente- lo han “resuelto” mediante la obligatoriedad del proceso. Sin llegar a violentar una de las características de la mediación –su voluntariedad- algunas voces comienzan a pedir que la sesión informativa tenga carácter obligatorio. ¿Qué opinión tenéis al respecto?

R.- Ciertamente es importante un mayor fomento de las soluciones alternativas de conflictos por parte de las administraciones públicas, pero hemos de decir que en Melilla hemos encontrado una gran acogida por parte de la administración judicial. A raíz de nuestra andadura empresarial se ha llevado a cabo, por parte del juez decano, la coletilla en la citación a la audiencia previa de los procedimientos ordinarios de la posibilidad que las partes pueden acudir a mediación.

Entendemos que la promoción a todos los niveles y el fomento por parte de las administraciones públicas y en especial de la administración de justicia es básica y prioritaria siendo ventajoso para todas las partes la mediación como fase primera en una demanda.

La obligatoriedad de la sesión informativa sería vital para que el público llegara a conocer y entender este servicio, quedando salvaguardada el principio de voluntariedad a la hora de escoger y comenzar un proceso la mediación como propuesta inicial para la resolución del conflicto.

P.- También algunas opiniones vienen manifestándose en el sentido de exigir una mayor autocrítica a los mediadores, pidiéndoles que se alejen de un excesivo triunfalismo, más próximo al “marketing” de la mediación que a su eficacia real. ¿Se exagera con las potenciales ventajas de la mediación?

R.- Aunque no se debe generalizar, cada uno es conocedor de su capacidad y debe estar en su ánimo y en su honestidad saber si es y actúa como mediador o es simplemente aquel ”hombre bueno” de derecho romano que trata con buena voluntad de acercar posturas.

Al ser un concepto nuevo debe ser potenciado y expuesto “en el escaparate” para que llegue al gran público y pueda plantearse como opción seria y alternativa real a la vía judicial.

P.- Entre los mediadores profesionales uno de los debates candentes orbita entorno a las características de los contenidos que deben incluirse en los planes formativos que capaciten para el ejercicio profesional, así como a la duración del proceso formativo. Vuestra formación de origen, complementada con la especialización en esta modalidad de resolución de conflictos, ¿la consideráis adecuada para la práctica profesional? ¿Sentís la carencia de alguna disciplina que no se haya incorporado a vuestra formación como mediadoras?

R.- Desde el punto de vista psicológico sería necesario profundizar en la importancia del lenguaje no verbal y el control de las emociones, y desde el aspecto jurídico se debería ampliar conocimientos básicos para saber que el acuerdo alcanzado tiene validez legal y que las propuestas que se plantean como soluciones al conflicto son viables. Al ser un equipo formado por psicóloga y jurista complementamos formación e información. Aunque independientemente sí podemos hacer mediación, faltaría alguna consulta o asesoría en ciertas cuestiones que se plantean, tanto a nivel legal como interpersonal, y al realizar comediación lo solventamos sin obstáculo alguno.

Creemos en la importancia de asistir a mediaciones reales tanto a nivel presencial como por medios electrónicos donde los participantes de los cursos pudieran actuar como comediadores, cumpliendo un mínimo de horas para poder alcanzar la madurez básica para efectuar de manera correcta la mediación.

Por último, defendemos que el ejercicio de la mediación debería acotarse a licenciaturas o grados específicos. La apertura a todo el que quiera ser medidor sin la formación universitaria precisa va a repercutir negativamente en la calidad del servicio y en cómo este servicio llegue a ser conocido por el público. Se debería limitar para evitar que esto se devalúe desde su nacimiento. No todos pueden ni deben ser mediadores.


 
Simy Hayón Melul es Máster en mediación civil y mercantil y experta en mediación familiar por la Universidad San Pablo CEU. Licenciada en Derecho por la Universidad de Málaga realizó su Tesina en derecho eclesiástico (validez del matrimonio judío en el ordenamiento jurídico español). Es colaboradora del departamento de derecho internacional público (específicamente sobre la posible legalidad internacional de un estado, curso de responsabilidad civil y penal del médico y curso de derecho matrimonial)
Ejerció la abogacía durante los últimos cuatro años en asuntos de responsabilidad civil y en departamentos jurídicos de dos compañías del sector inmobiliario.
 

 
Judith Chocrón Corcía es Especialista universitaria profesional en mediación civil y mercantil por la UNED y Licenciada en Psicología, especialidad Clínica, también por la UNED. Ha realizado, como formación complementaria, diversos cursos, “Hipnosis clínica”, “Dolor crónico: aspecto psicosociales”, “Psico-oncología”, “Intervención psicológica en crisis y enfermedades crónicas”, “Problemas de conducta en el aula”, “Metodología de análisis del trabajo”, “Avances psicológicos en psicología de la salud”, entre otros.
En el ejercicio de su actividad profesional como psicóloga, ha trabajado como orientadora escolar y en la Unidad de Dependencia del IMSERSO, realizando sesiones de grupos de apoyo de cuidadores de dependientes grado I nivel 2.
 

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