Tendencias del uso de la mediación

ÁMBITOS DE LA MEDIACIÓN, Mesa redonda en Madrid (II) 

 


Manuel Pimentel, experto en mediación,  inició su exposición -sobre, “Realidad y tendencias del uso de la Mediación en España. Comparación con EE.UU.”-  con la observación de que “los españoles, como cuerpo social, gozan de una tradición normativa, no negociadora”, a diferencia de la praxis habitual en otros países del norte de Europa, y desde luego, del mundo anglosajón. Esto, sin duda, supone un plus de dificultad a la hora de implantar la cultura de la mediación en nuestra sociedad, en su opinión.

A pesar de ello, lo cierto es que la Mediación en el ámbito laboral ya lleva tiempo realizándose, aunque, señaló, “ha sido hasta hace poco una mediación sin formación específica”. Sin embargo, esto no ha representado ninguna dificultad especial para el desarrollo de la mediación en este entorno, habida cuenta que “empresarios y sindicatos conviven en el conflicto con más naturalidad que en otros ámbitos”. De hecho, desde el 96 instrumentos de resolución extrajudicial de conflictos laborales para el mantenimiento y desarrollo de un sistema de solución de los conflictos colectivos laborales, surgidos entre empresarios y trabajadores, o sus respectivas organizaciones representativas, como el ASEC, más tarde el Acuerdo para la Solución Autónoma de Conflictos Laborales (ASAC), o instituciones paritarias como el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA), son una buena muestra de ello.
 
Pimentel, llamó la atención sobre el escenario de escasa flexibilidad que en los países de nuestro entorno regional, el área mediterránea, se produce entre los actores de estas negociaciones, empresarios y trabajadores. En parte, como ya había avanzado al inicio de su intervención, por el normativismo que inspira a nuestra cultura jurídico-social, muy alejada no solo del mundo anglosajón, sino incluso del área regional de la Europa nórdica, en el que frente a las dos partes, muchas veces antagónicas de empresarios y trabajadores, se introduce un tercer actor, como entidad común a ambos, como es la Empresa y que nivela y flexibiliza los procesos negociadores.
 
Sin entrar a valorar otros aspectos, manifestó que en su opinión, “la última reforma laboral en España abre espacios de negociación”, en la línea de potenciar la flexibilidad como en el resto de Europa. Algo que, sin duda, facilitará el recurso a soluciones ADR en este ámbito.
 
Continúo con un repaso a la reciente ley 5/2012 de mediación en asuntos civiles y mercantiles, abriendo una comparativa con las peculiaridades de los ADR en los Estados Unidos de América, de los que ha tenido un conocimiento muy directo, en contacto con algunos de los gurús de algunas de su especialidades. Destacó el hecho diferencial de lo que denominó el “previo cultural” en USA, es decir la tradición negocial, escenario de las diferentes manifestaciones de negociación/acuerdo que permiten procesos y métodos ADR muy flexibles, incluso con figuras híbridas como la mediación/arbitraje (MED/ARB) o el derecho colaborativo
 
Todo ello, sin dejar de señalar algunas paradojas del sistema, como la cuestión de si el recurso a mediación o negociación, podría en algunos casos suponer la renuncia a la autonomía de la voluntad de las partes, principio inspirador de cualquier método ADR, por ejemplo cuando se señala como preceptivo en el ámbito laboral el acto de conciliación en derecho español, o las clausulas de sumisión a mediación en el derecho anglosajón.
 
Sin dejar de abordar ninguna arista de la comparativa, también encontró hueco para mencionar aspectos menos académicos, como por ejemplo las características del coste de la mediación en USA y  el espectacular abanico de los honorarios de los mediadores que oscila entre los 150 a los 1500 $ la hora.
 
Con una reflexión final sobre las dificultades de implantar la mediación en España, de las que excluyó radicalmente a jueces o abogados con independencia de su mayor o menor convicción en las bondades del sistema, volvió a focalizar en nuestra particular idiosincrasia cultural el hándicap para su desarrollo.
 
Concluyó con un llamamiento a los mediadores como necesarios creadores del sector, animándoles al uso del ingenio y de las soluciones creativas para la difusión de la cultura de la mediación en el convencimiento de que esta “aporta valor, y se trata de un valor visible. El conflicto genera energía… ¿cómo encauzarla? La mediación tiene que encauzar la energía del conflicto.”

 AVL130417

 

 


 

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